Vida suave, relajación y descanso

Es en una residencia patrimonial de estilo renacentista que data de 1875 que descubrimos Île de Garde. Situado en el viejo Sherbrooke, el establecimiento se asemeja a un campanario de una iglesia italiana de la época.
Los huéspedes acceden a las cuatro magníficas habitaciones inspiradas en la vida de la monja alemana Hildegarde de Bingen a través de una sala de estar. Cada habitación tiene su propio baño privado y dos de ellas tienen una terraza privada con camas de jardín y sillones. Todo lo que necesitas para relajarte y descansar en paz y tranquilidad.
La propietaria, Marie-Christine Chassot de Florencourt, sugiere un arte de vivir francés imbuido tanto de una forma de vida amable como de una tradición que refleja sus orígenes. Todas las habitaciones de su casa están decoradas con cuidado y tienen mucha elegancia.  Un guiño a la congregación de las Hermanas Dominicas que una vez fueron propietarias del local y a la Abadesa Bingen.
Entre el jardín y la cultura
En toda su belleza, el Jardín Hildegarde se inspira en los jardines medievales. Está salpicado de plantas medicinales y aromáticas que usamos para ofrecerte tés de hierbas frescas o calientes y que dan a nuestros desayunos ese pequeño extra indefinible.
Sentado en un banco o en un sillón, puedes relajarte y sentirte aliviado por las plantas y flores de los parterres, así como por los muchos árboles centenarios.
Además, el anfitrión anima a los artistas locales exhibiendo sus obras en las salas comunes de la casa. Hermoso y en armonía con el espíritu de la residencia.
Servicios para todos
Los platos de inspiración europea para el desayuno, como la baguette caliente, los panecillos o los croissants con mermelada de frutas, pueden disfrutarse en el desayuno. Productos locales frescos en el menú: plato de pato del lago Brome y trucha de Les Bobines alternando con un plato de quesos locales. Televisión y teléfono disponibles en la biblioteca.
Actividades cercanas
Aprovechamos el centro de Sherbrooke con sus actividades y sus tiendas, y el Paseo del Lago de las Naciones, el corazón verde de la ciudad.
ANNIE GIRARD Viernes 20.02. 2015 Journal de Québec